15-6-2015 Estrecho de Messina.

A las 09:45 HRB hemos salido por la bocana de Milazzo dirección estrecho de Messina.

Previamente hemos llamado al núm  0039 090344444 que es Capitanía Marítima de Messina. 
Nos han dicho que la corriente norte sur se había iniciado a las 09:00, pero no nos queda muy claro ya que tenemos cierta dificultad con el idioma. Para asegurarnos, nos dirigimos al capitán de Marina Neptuno, Sr. Mimo, y le pedimos que llame él a Messina. Es una persona de una amabilidad exquisita.

Nos explica que la corriente norte sur que se ha iniciado a las 09:00, finaliza progresivamente a las 14:30, estará calma una hora aproximadamente  y a las 15:00 se iniciará la sur-norte. Dice que el punto de màxima corriente alcanza los 5 nudos.

Llegamos al Capo Peloro a las 13:15 y entramos en el estrecho.  

Nos llama mucho la atención un grupo de barcos pesqueros que llevan un mástil más alto que el nuestro con dos personas subidas en la perilla. Por lo visto estaban oteando bancos de pesca que cruzan en esta zona.

Navegamos a 6,25 de corredera y a 7,5 de GPS. Tenemos un poco de corriente a favor y también unos 10 nudos de viento por la popa.

El mar está un poco raro, ya que en algún punto da la sensación de que hierve, pero nada. Tambien se ven zonas con espuma que parecen remolinos, al pasar por encima, nos salta el piloto automàtico, y se zarandea un  poco el barco, pero tampoco nada preocupante.

 Ni aparecen monstruos ni nada, ¡qué poca emoción!

Un velero de 18 metros que nos hemos encontrado en Reggio Calabria, nos ha explicado que ellos pasaron con la corriente y viento en contra y tuvieron 2 horas de pantocazos importantes.

El verdadero peligro de este estrecho, son la cantidad de barcos mercantes y transbordadores que se cruzan contínuamente.  Ha habido un momento que nos “apuntaban” 4 mastodontes que iban a toda máquina. Hemos tenido que parar motor para que pasara el primero y efectuar contínuamente maniobras para los 3 siguientes. 

El tráfico marítimo en esta zona es realmente espectacular, especialmente entre el lado de Messina y el de San Giovanni en el continente.

Llegamos a las 15:15 a Reggio Calabria. Justo a la entrada de puerto, vemos que hay otra bocana con un pequeño canal que da a otro pequeño puerto con embarcaciones deportivas. 
No hay nadie, no contesta a la radio ni al teléfono. Lo típico de aquí. 
Cuando ya me disponía  a amarrar en un hueco por mi cuenta, aparece el marinero y nos dice que no podemos amarrar aquí, que es privado. 
Nos envía al fondo del puerto mercante, donde vemos que hay otra pequeña bocana que conduce a unos pantalanes flotantes. Ya avisado por el otro puerto, nos espera un marinero que nos facilita la labor de atraque.

Pagamos por una noche 65 euros, comemos, siesta y nos vamos de paseo por la ciudad.

 Recorremos  la Avenida  Corso Garibaldi, una de las calles comerciales más largas que he visto, llena de gente de punta a punta.

Paramos en una heladería  y nos tomamos un “brioche con helado” tipico de aquí. Estaba buenísimo.

La telefonía a bordo nos tiene desbordados,  llevamos 1 tablet, 6 teléfonos última generación,  otro por  satélite y dos ordenadores portátiles. 
No hay forma de que funcione nada. 
La próxima vez llevaremos solo un ordenador y un teléfono, pero que estén bien avenidos, no estos que llevamos que ninguno quiere saber nada del otro. Hasta parece que se rían de nosotros.

Aprovechamos  el wi-fi de la heladería para contactar con amigos y familia.

Mañana haremos unas 65 millas hasta Roccella Jónica, donde pasaremos noche para salir al día siguiente hacia Crotone, para saltar el jueves a la zona del Adriático y remontar la costa este de Italia hasta Ancona, donde está previsto cruzar a Croacia hasta Zadar.